Al comienzo de la clase, reforzamos el tronco del árbol añadiéndole más papel higiénico con cola blanca, ya que pensamos que era lo más adecuado para reforzar el tronco y conseguir la rugosidad necesaria que le diera más realismo.
Imagen 1. Imagen del tronco forrado con papel higiénico con cola.
Imagen del grupo de Pablo Martín Fernández.
Después, comenzamos con la parte relacionada con la pintura. Primero realizamos diferentes mezclas de colores sobre un plato de plástico para tratar de obtener los colores que más se asemejan a las ramas de nuestro árbol. Para no marchar el material del aula, cubrimos toda la mesa sobre la que estábamos trabajando con papel de periódico. Finalmente, tras realizar las pruebas, seleccionamos los colores que más se parecían a las ramas del árbol.
Imagen 2. Imagen de los colores obtenidos tras realzar las mezclas.
Imagen del grupo de Pablo Martín Fernández.
Finalmente pintamos la base del árbol de verde. Para ello utilizaremos diferentes tonalidades de este color para darle mayor realismo. Para ello utilizamos un rodillo, ya que nos permitía pintar una amplia superficie de la base en poco tiempo. Después de dar la primera capa de pintura, la dejamos secar y posteriormente añadimos dos nuevas capas. El verde que hemos utilizando para pintar la base lo obtuvimos mezclando el verde esmeralda con el amarillo. Por último utilizamos pinceles finos para poder pintar las zonas más pequeñas.
Imagen 3. Imagen de la base del árbol pintada.
Imagen del grupo de Pablo Martín Fernández.
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